Manifiesto

Mito fundacional

Fue en el tiempo de los arcanos, cuando
el aliento de Odín cargado de azufre y whisky DYC, emanado de las entrañas de la tierra, fecundó el cielo provocando una terrible tormenta de fuego y cenizas que sumieron a la humanidad en la más espesa oscuridad durante generaciones. El hombre entonces bajó a los valles, y solo clanes aislados permanecieron en el sombrío y devastado país de Kooooorn!!! Con sus motos, sus chupas y sus pibas, eso sí.
 

Evidencias históricas
Probablemente existían antes, pero no se tiene noticia documentada de mancheros pululando como civilización hasta el año 2002 (el año del tritón en el calendario chino) cuando un célebre historiador tosiriano (esto es, que tosía mucho) dejo constancia escrita de esta cultura en sus libros de viajes:
Aquellas gentes apacibles de larga cabellera y lengua trapajosa fumaban olorosas plantas relajantes que liadas en finos papirus para porracus, ellos llamaban manchos. Averigüé que provenían de un remoto paso de montaña llamado Puerto Lope, mas palla de Pinos Puente y cercano a la Isla y a Alcalá la Real. Tuve contacto con ellos en Granada, una animada ciudad donde los padres de los mancheros mandaban a sus hijos para que "ze fogueazen" y estudiaran algo (y de paso no enterarse de las berracadas cotidianas que dejaban la tierra jarta de agua’

No se sabe con seguridad si en aquel entonces los mancheros ya habían desarrollado la cultura Metalmanchiense. Fumar manchos, fumaban. Y escuchar metal, escuchaban. Pero la fusión de estos elementos estaba probablemente en proceso.

Se tiene noticia de una importante colonia de mancheros en el rinconcillo de la Avenida de Madrid de Granada. Los mancheros llamaban a la colonia El Bujero.

Por los hallazgos arqueológicos podemos deducir que la densidad de población de la colonia era variable, generalmente alta, se practicaba el sexo hetero, el regurgitado de alimentos y, en general, las condiciones higiénicas y de hábitat eran… Eran aptas para vivir, sin lujos. Hay también evidencias de que esos mancheros originarios de Puerto Lope tenían intercambios culturales con otros asentamientos humanos como Alhama y Alcalá y que allí en Granada entraron en contacto con elementos de otra cultura rural avanzada de Jaén (probablemente Torredonjimeno). Vamos, que vivían puerta con puerta una pila de peludos pero no se enteraron hasta que no tronó Obús por el patio de luces.

Se habla de acontecimientos decisivos en el mestizaje del manchismo y la difusión de la cultura Metalmanchiense: los encuentros casuales, como atunes en escabeche, en las tabernas entonces conocidas como Perro Andaluz y Marsella. Estos cruces semicósmicos fueron asentando las relaciones y alianzas en torno a la colonia del Bujero, marcando el inicio de una etapa de esplendor del manchismo que, ya con certeza por los testimonios documentales disponibles (véase video oficial), desembocó en la cultura Metalmanchiense, reforzada por los rituales y conciertos periódicos a los que los mancheros acudían organizados como tribu.

La cima del esplendor de la cultura Metalmanchiense se alcanzaría a finales del periodo granadino, cuando la escritura y la lectura fueron ricamente practicadas (je, je). Por no decir que nos poníamos ciegos con la marihuana del Dios. Tanto talento y el cocernos a fuego lento en esas noches de invierno (y en las de verano también) acabó por parir una nueva versión más desarrollada de la cultura, lo que se vino a conocer como la NEW WAVE OF RURAL HEAVY METAL. No hay evidencia de que algún manchero tuviese conocimientos avanzados de música o puñetera intención de ser músico, pero el caso es que como las pajas mentales y las risas son gratis, patentaron la expresión por aclamación colectiva y unánime. Con este salto cultural cualitativo, Metalmancho (o lo que es lo mismo los mancheros que practicaban la cultura Metalmanchiense o Metalmanchera) quería expresar su identidad diferenciada.

El metalmanchero era y es diferente del resto de los mortales. En cabeza (que va y viene dependiendo de los nublos y de las cantidades de alcohol y psicotrópicos ingeridos) y en corazón (que eso no falla y sigue siendo el nexo fundamental entre ellos). En efecto, los mancheros eran ‘New’ aunque no estuviesen ‘in’, eran unos ‘Waves’ de la virgen (tsunamis diría yo), unos ‘Ruralisimos’ (las tachuelas y los sombreros de paja nunca han supuesto ninguna contradicción) y ‘HM’ a tope (duros, potentes y más heavies que los Accept).

 La herencia cultural del mancherismo o manchismo en la actualidad

Se ha reflexionado mucho sobre este asunto y definitivamente ESTÁ PRESENTE.
Metalmancho es reconocido actualmente como una cultura emergente entre el mar de pijos, postmodernos y gentuza que nos ha traído el nuevo milenio. Metalmancho predica el evangelio de Medina Azahara y de la Bruja Avería y de tanto en tanto ingresamos en urgencias con las ingles escocidas por la presión de los elásticos, el sudor y el cuero de los tangas zerzis. Somos gente que apreciamos lo natural y los precios justos. Nos gusta el choto frito, los boquerones en vinagre, la pornografía y salir a robar habas de madrugada. No tenemos opinión definida sobre el vicio en general. En este sentido somos creacionistas. Bares y prostíbulos ya estaban ahí desde el tiempo de los arcanos y quiénes somos nosotros, unos pobres campesinos semianalfabetos, para cuestionar la obra creadora de Odín.

Metalmancho ha llegado a ser un círculo cultural virtuoso y vanguardista, amante de las guitarras eléctricas que suenan a melodía sobrenatural en los oídos cuando se tocan duro o con ternura (pero con huevos). Con sedes repartidas por media España el movimiento no aspira tanto a crecer en número como a afianzar su identidad en medio de tanta artificialidad y mala hostia.

Planeamos que es necesario que estalle el obús de una puñetera vez, básicamente para que no pase lo mismo que con el carro de Manolo Escobar. Ese obús va cargado de paz, amistad y solidaridad con los pueblos oprimidos de la tierra. Y mientras estalla el obús, disculpadnos por eructar y peernos en público de vez en cuando. Comprendednos, es para que no se nos acumule la mala hostia. Tomadnos como lo que somos: gente sencilla y abierta. Puede usted identificarnos fácilmente como a los mormones: por nuestro buen gusto para vestir y porque no desaprovechamos la ocasión para hablar la lengua de los chotillos, los perros, los gatos y las aves que van por el aire volando, volando y volando.

De paladar fino, educados y de buen tipo, somos lo que un padre siempre deseó para su hija, pero sin la permanente ochentera (eso nos agobiaría y la laca tiene mucho CFC de ese que contamina la atmósfera). Algunos dicen que somos unos cansinos, unos macarras y unos desaprensivos con las mujeres. Nos la trae al pairo. Los mancheros perseveramos diariamente en nuestra cruzada particular: RESISTIR Y ALIARNOS BAJO LA BANDERA DEL ROCK hasta el final de nuestros días y los días de nuestros hijos y los días de nuestros nietos y bizchotos.

Y ante todo, ante todo, no nos dé de comer después de la media noche.